Introducción: El mandato de Jesús en Mateo 28:19
En el Evangelio de Mateo, capítulo 28, versículo 19, se encuentra una de las instrucciones más importantes que Jesucristo dio a sus discípulos antes de ascender al cielo. La frase “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones” se ha convertido en un mandato central para la Iglesia cristiana a lo largo de los siglos. Este versículo, conocido como “La Gran Comisión”, establece la misión fundamental de los creyentes en Cristo.
¿Qué significa “hacer discípulos”?
La expresión “hacer discípulos” va más allá de simplemente evangelizar o convertir a las personas al cristianismo. Un discípulo, en el contexto bíblico, es alguien que seguía a un maestro para aprender de él, imitar su vida y aplicar sus enseñanzas. En el caso de los discípulos de Jesús, se trata de seguir su doctrina, vivir según sus enseñanzas y reflejar su carácter en la vida diaria.
Elementos clave para “hacer discípulos”
- Evangelización: Compartir el mensaje del Evangelio para que las personas puedan conocer a Jesucristo y recibirlo como Salvador.
- Enseñanza: Instruir a los nuevos creyentes en las doctrinas bíblicas y ayudarles a comprender la voluntad de Dios.
- Discipulado: Acompañar y guiar a los creyentes en su crecimiento espiritual, ayudándoles a madurar en su fe.
- Comunidad: Integrar a los discípulos en una comunidad de creyentes donde puedan apoyarse mutuamente y servir a otros.
El contexto bíblico de Mateo 28:19
Para entender el significado profundo de “Por tanto, id y haced discípulos”, es importante analizar el contexto en el que Jesús pronunció estas palabras. Este versículo se encuentra en el final del Evangelio de Mateo, después de la resurrección de Jesús. Los discípulos, que habían sido testigos de la muerte y resurrección de su Maestro, recibieron esta instrucción como un mandato para continuar su obra.
La autoridad de Jesús
En Mateo 28:18, Jesús dice: “Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra”. Con estas palabras, Jesús establece que tiene la autoridad divina para encomendar esta misión a sus discípulos. La Gran Comisión no es simplemente un consejo o una sugerencia, sino un mandato que proviene de la autoridad misma de Dios.
El alcance universal
La frase “a todas las naciones” indica que la misión de hacer discípulos no se limita a un grupo específico o a una región geográfica determinada. Jesús está hablando de un mandato universal, que incluye a todas las personas, sin importar su origen, cultura o condición social. Esto refleja el amor de Dios por toda la humanidad y su deseo de que “toda criatura” tenga la oportunidad de conocerlo.
La importancia de la Gran Comisión
La Gran Comisión es central en la misión de la Iglesia cristiana. A continuación, se presentan algunos puntos clave que destacan su importancia:
Un mandato para la Iglesia
La Gran Comisión no fue dirigida solo a los discípulos del tiempo de Jesús, sino que es un mandato que se extiende a todos los creyentes en Cristo a lo largo de la historia. La Iglesia, como cuerpo de Cristo, tiene la responsabilidad de cumplir con esta misión en cada generación.
Un llamado a la acción
“Id y haced discípulos” es un llamado a la acción. No se trata de una tarea pasiva, sino de un compromiso activo de buscar a aquellos que no conocen a Cristo y compartir con ellos el mensaje de salvación. Esto implica sacrificio, dedicación y un amor genuino por las almas.
Un reflejo del corazón de Dios
Dios desea que “toda nación, tribu, pueblo y lengua” le dé gloria (Apocalipsis 7:9). La Gran Comisión refleja el corazón misionero de Dios, quien quiere que su nombre sea conocido y adorado en todo el mundo.
Cómo cumplir con la Gran Comisión
Cumplir con el mandato de “hacer discípulos” requiere una combinación de oración, acción y dedicación. A continuación, se presentan algunas formas prácticas de llevar a cabo esta misión:
1. Compartir el Evangelio
El primer paso para hacer discípulos es compartir el mensaje del Evangelio con aquellos que no lo conocen. Esto puede hacerse de muchas maneras, como a través de la predicación, el testimonio personal, la literatura cristiana o incluso las redes sociales.
2. Enseñar y discipular
Una vez que alguien ha recibido a Cristo, es importante enseñarle las doctrinas bíblicas y ayudarle a crecer en su fe. Esto puede incluir la enseñanza bíblica, la oración, el estudio de la Biblia y el acompañamiento espiritual.
3. Vivir como ejemplo
Los creyentes deben vivir de manera que reflejen el carácter de Cristo. Una vida de integridad, amor y servicio es uno de los testimonios más poderosos para atraer a otros a la fe.
4. Orar por las misiones
La oración es fundamental para el éxito de la misión. Los creyentes deben orar por los misioneros, por las personas que no conocen a Cristo y por la obra del Espíritu Santo en los corazones de la gente.
Preguntas frecuentes sobre la Gran Comisión
A continuación, se responden algunas de las preguntas más comunes relacionadas con Mateo 28:19 y la Gran Comisión:
1. ¿Qué significa exactamente “hacer discípulos”?
Hacer discípulos significa guiar a las personas a conocer a Jesucristo, enseñarles las doctrinas bíblicas y ayudarles a crecer en su relación con Dios. No se trata solo de convertir, sino de formar seguidores comprometidos de Cristo.
2. ¿Es obligatorio para todos los cristianos participar en la Gran Comisión?
Sí, la Gran Comisión es un mandato para todos los creyentes en Cristo. Sin embargo, cada persona tiene un papel único que desempeñar, ya sea a través de la oración, el apoyo financiero, la predicación o el discipulado personal.
3. ¿Cómo puedo empezar a “hacer discípulos” en mi vida diaria?
Puedes empezar compartiendo tu testimonio con amigos, familiares o compañeros de trabajo. También puedes unirte a un grupo de discipulado en tu iglesia o participar en actividades misioneras en tu comunidad o en otros países.
4. ¿Qué papel juega la Iglesia en la Gran Comisión?
La Iglesia es el cuerpo de Cristo en la tierra y tiene la responsabilidad de liderar y apoyar la misión de hacer discípulos. Esto incluye la enseñanza, la predicación, el discipulado y el envío de misioneros.
5. ¿Cómo puedo orar efectivamente por la Gran Comisión?
Puedes orar por las personas que no conocen a Cristo, pidiendo que sus corazones se abran al Evangelio. También puedes orar por los misioneros, pidiendo fortaleza, sabiduría y provisiones para su ministerio. Finalmente, ora por que Dios abra puertas para que el mensaje del Evangelio llegue a todos los rincones del mundo.
Conclusión: Un llamado a la acción
La Gran Comisión es un mandato claro y directo que Jesús dio a sus discípulos y, por extensión, a todos los creyentes en Cristo. “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones” no es solo una sugerencia, sino un llamado a la acción que requiere dedicación, sacrificio y un amor genuino por las almas. Como creyentes, tenemos la responsabilidad de compartir el Evangelio, discipular a los nuevos creyentes y vivir de manera que reflejemos el carácter de Cristo.
La Iglesia debe ser un faro de esperanza en un mundo que necesita desesperadamente conocer el amor de Dios. Cumplir con la Gran Comisión no solo es un deber, sino un privilegio que nos permite ser parte de la obra más importante que existe: la expansión del Reino de Dios en la tierra.